La persona que te cuidará todavía no ha nacido

Recientemente, he estado reflexionando acerca del futuro y eso me llevó a plantearme una inquietante idea: la persona que me cuidará cuando sea mayor, todavía no ha nacido. Esta idea me produjo una gran inquietud y preocupación.

La idea de vivir nuestros últimos años de vida dependiendo de alguien que ni siquiera conocemos es innegablemente aterradora. Imagina la extraña sensación que provoca pensar que tu vida, algún día, estará en manos de una persona completamente ajena a nosotros.

Sin embargo, también es cierto que la vida no siempre es predecible. Y que, a medida que envejecemos, las posibilidades de que las personas que conocemos y que amamos, desaparezcan o no estén disponibles para ayudarnos, se incrementan.

Es por eso que, para asegurar una vida feliz y segura cuando lleguemos a la vejez, debemos estar preparados para confiar en desconocidos. Seguramente tendremos que ponernos en contacto con servicios de cuidadoras confiables, que ofrezcan profesionalidad, honestidad y una forma de acercamiento en la que ambos nos sintamos cómodos.

También necesitamos ser conscientes de que el amor y la amistad que obtenemos a través de nuestros cuidadores es importante. Hay muchos casos en los que la relación entre persona cuidadora y cuidada se ha vuelto mucho más profunda que la de dos extraños que se conocen.

Seguramente debemos simplemente tener paciencia y aceptar el hecho de que la persona que nos cuidará cuando seamos mayores, no siempre será la que nosotros queremos o elegimos. En realidad, es muy probable que esta persona todavía no haya nacido. Esta idea, aunque difícil de concebir, nos hace recordar que la vida es una aventura inesperada, llena de incertidumbres.

Por lo tanto, vivir en armonía con nuestro futuro, aceptando y preparándonos para lo desconocido, es la mejor forma de enfrentarnos a lo desconocido que nos tenga preparado el destino, incluyendo al desconocid@ que nos cuidará.